miércoles, agosto 09, 2006

mirar..pero no tocar

la caminata lo dejó exhausto…acostumbrado a viajar en auto no había notado cuan grande en realidad es la ciudad. al llegar a la plaza buscó un banco para descansar y esperarla. su corazón latía cada vez más rápido, casi sincronizado con el goteo incesante de la lluvia. como siempre, ella bajó de la micro y su belleza iluminó el gris otoñal mientras las hojas en el piso servían como alfombra en su caminar.
el cerró sus ojos e imaginó, como todos los días, el sabor de sus labios y el calor de sus manos….luego abrió sus ojos, se levantó y se marchó con la esperanza de verla nuevamente al día siguiente.

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